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¿Dejar de dar pecho?

Desde hace algún tiempo he estado pensando en dejarle de dar pecho a mi hija que acaba de cumplir 18 meses, pero la verdad estoy muy indecisa. Algunos días estoy convencida de que es hora y otras veces solo pienso “para qué apresurarlo”.

He contado antes que, con mi hijo mayor, Pablo, que ahora tiene 3.5 años fue super fácil. Yo estaba convencida que solo le iba a dar pecho durante un año. Así que desde antes empecé a cambiar tomas por formula hasta que por él mismo, al año y un mes, solito decidió que ya no quería. Se rehusó a tomar el pecho, quería su vasito con leche y así fue.  

Con mi hija, Martina, el proceso ha sido diferente. Mis hijos se llevan un año y 10 meses entre ellos, entonces la verdad como que muchas veces las cosas se me han resbalado. Con Pablo seguí realmente el plan que tenía para dejarle de dar pecho.  Con Martina siento que he estado tan ocupada que solo se me van los días, ni ganas de planearlo y ni de llevarlo a cabo. Aunque también, muy en mi interior, lo he pospuesto simplemente porque estoy cómoda. A mí me ha funcionado tan bien el darle pecho que una parte de mí no quiere dejar de darle. Es la comida perfecta: siempre está disponible, a la temperatura ideal y con todos los nutrientes que necesitan.  

Esta idea de dejarle de dar pecho empezó por que en un par de semanas tenemos una boda, y nunca en esos 18 meses la ha dormido nadie más. ¡Solo yo! (lo cual suena una locura ahorita que lo estoy escribiendo). Vamos a llevar a mis hijos con nosotros y los vamos a dejar con una niñera porque no tengo ningún familiar que me pueda ayudar a cuidarlos ese día. Entonces mi mayor temor es que vaya a llorar muchísimo. Uno, porque es alguien extraño y dos porque nunca ha querido tomar una mamila o vaso, ya sea con mi leche o leche de vaca.  Sinceramente la rutina que adoptamos para que se vaya a dormir es bastante fácil: baño, libro, pecho y la dejo en la cuna para que se duerma. Una vez que le doy pecho, se queda tranquila en su cuna y se duerme sola.  Pero siento que va a llorar mucho si se salta la parte del pecho. 

Entonces mi plan para que, según yo, no vaya a llorar mucho, es empezarle a quitar tomas poco a poco. Platicando con mi esposo, que está completamente convencido de que ya debería de quitarle el pecho porque en su opinión, está muy apegada a mí, decidimos que me voy a sacar leche y que él va a intentar dársela en botella/vaso (a ver que nos funciona) y dormirla.  

Entonces, empecé a extraerme leche, y me decepcioné muchísimo, me salieron como tres onzas en media hora. Con Pablo cuando me extraía leche me salían como ocho onzas en 15 minutos, ¡era padrísimo! Así que me empecé a sacar varios días de 3 onzas, 2 onzas y así juntándole para que ya fuera el día en el que mi esposo le pudiera dar la botella con al menos 6 onzas. 

Después de como 3 noches de extraerme, porque durante el día aun le sigo dando pecho, mi esposo se la lleva a dormir. ¡Fue todo un show! Estaba muy pero muy enojada desde el principio que yo no la subí a su cuarto. Mi esposo la empezó a distraer, le leyó como mil libros hasta que se calmó. Ahora iba el turno de darle la botella, al momento de dársela la tiró y empezó a gritar como nunca. Mi esposo la puso en la cuna y la trataba de calmar y al final se durmió. ¡Sin comer, pero se durmió! Solo pensaba que se me iba a despertar en dos horas toda hambreada pero no, se despertó a su misma hora, le di el pecho como cualquier mañana normal, pero eso sí, se atascó. 

La segunda y la tercera noche, estuvieron un poco mejor. No quiso ni tocar la botella ninguno de los dos días, pero se durmió muy tranquila. Durmió perfecto y se despertó a la misma hora de siempre. 

Al cuarto día tuvimos un problema, estuvimos fuera y como está haciendo mucho calor se la paso tomando agua y al momento de cenar no comió, absolutamente nada. A la hora de irse a dormir, no sé si fue la decisión correcta, pero la dormí yo, porque sabía que no se iba a dormir o que segura se me iba a despertar. Hicimos lo mismo que hacíamos cada noche, libro, pecho y cuna. Solo cruzaba los dedos y esperaba que no había retrocedido en todo el progreso que habíamos logrado. 

Les cuento que, con Martina, me cuesta mucho trabajo que coma. No es solo es lo que come, sino también el cómo se lo sirves y además que ahora quiere hacer todo ella. Si le sirves un pan tostado y ve que lo cortas a la mitad (porque sé que le va a dar una o dos mordidas y lo va a dejar por ahí) ¡No! Se lo tienes que dar completo, si no, no lo toca. Lo deja en el plato porque lo cortaste a la mitad. Estuve platicando con amigas de esto porque la verdad me está costando mucho y me dicen que por que es niña. ¡Me da mucha risa, a lo mejor sí!

Pero bueno regresando al tema. Al quinto día mi esposo tuvo que salir, y la termine durmiendo yo. Y otra vez, aunque le ofrecía la mamila, quería a mamá.  

Al día siguiente tuve cita con el pediatra para su revisión de 18 meses y me dijeron que estaba baja de peso, que está bajando en su curva.  Entonces después de pensarlo y de volverlo a platicar con mi esposo, decidimos que por ahora no es el momento para dejar de darle pecho. Lo vamos a posponer un poco. 

Aun así, me encanto este “ejercicio” que hicimos, por lo menos nos dimos cuenta que si se puede dormir con alguien más que no sea mamá, y de que si se puede dormir sin que yo le pecho antes. Lo que haré para ese día o algún otro día que necesite salir será: darle pecho antes de irme y adelantarle la toma. Para que así no tenga problemas por si esa noche decide no cenar, y que la persona que la ponga a dormir no batalle tanto. 

 

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