Por María Zerecero
Posiblemente algunos de ustedes ya sepan lo que significa, pero para mí fue algo que aprendí al tener a mi segundo bebé, una niña.
Posiblemente algunos de ustedes ya sepan lo que significa, pero para mí fue algo que aprendí al tener a mi segundo bebé, una niña.
Para esto, empecemos explicando que es la hora de oro, dorada o sagrada. Esta “hora”, se refiere a los primeros 60 a 120 minutos de vida de un recién nacido. Además, es el primer instante donde el recién nacido desnudo entra en contacto directo con la piel de la madre, ¡lo cual brinda muchos beneficios!
Pero, ¿por qué yo no sabía nada de estoy me enteré hasta tener a mi segundo bebé?
Aquí empiezo a platicar les un poco de como se ha ido perdiendo y por qué es importante traer a la hora de oro de vuelta.
Nuestras antepasadas solían tener los partos en casa, donde usualmente estaban acompañadas de la familia y de una partera. Aunque el padre en algunos casos acompañaba a la madre en el momento del parto, normalmente se quedaban esperando afuera o en el cuarto de junto. ¡Qué suerte que eso ya cambió! Pero no nos desviemos, teniendo los partos en casa se respetaba la hora de oro, el bebé se le daba a la madre inmediatamente, entrando en contacto piel con piel.
Todo esto empezó a cambiar cuando los partos se hospitalizaron, más o menos al principio del siglo XX, con el propósito de tener menos muertes de madre y bebé-¡lo cual fue un éxito!-. Sin embargo, empezaron a crear nuevas prácticas donde separaban al bebé de su madre al momento de nacer.
Ahora mi historia: Antes de que naciera mi primer hijo, como buena mama primeriza leí muchos libros. Mmmm, seamos realistas, leí algunos libros no muchos. Aunque ni leyendo todos los libros estaba remotamente preparada para lo que venía. Estos libros eran para informarme de lo que me estaba sucediendo durante el embarazo, de lo que iba a ser el parto y lo que sería después, cuando traes a un bebé a casa. También tome un curso prenatal. Pero lo curioso de todo esto, es que nunca se mencionó la hora de oro, ni en el curso, ni en el libro.
Cuando nació mi hijo, lo primero que paso fue que lo envolvieron, y me lo pasaron por un par de minutos para que lo viera. Después de esos primeros minutos tan especiales, ahí les va: lo limpiaron, midieron, pesaron. Luego lo pusieron en una mesa debajo de unos focos tan brillantes que en mi opinión parecía pollo de rosticería. Ah, se me olvidaba, también me preguntaron si quería que le hicieran la circuncisión.
Después de todo eso por fin, me pasaron a mi bebé para que tuviera su primera toma de leche. Lo agarre de la manera que yo creía era una buena posición. ¡Auchhh! ¡Cómo me dolió! Durante las siguientes tomas me seguía pasando lo mismo, me dolía muchísimo cada vez que comía y mi bebé solo lloraba. Las enfermeras me enseñaban diferentes posiciones para que el bebé pudiera comer, al final encontré una posición que no era tan dolorosa y continué haciéndolo. Al principio de verdad que sufría cada vez que él quería comer, pero al cabo de una semana mi bebé y yo nos adaptamos y le di pecho durante todo un año.
En general, toda la experiencia de parto con mi primer bebé no me gusto. Ni el doctor, ni el hospital, ni el proceso departo. Así que cuando me enteré de que estaba embarazada por segunda vez me, me puse a buscar todo desde cero, doctor, hospital...en esta búsqueda, me topé con una doctora que estaba mucho más en sintonía con lo que yo estaba buscando, aunque esta doctora únicamente a tendía en un solo hospital. Me sentí un poco desilusionada al no poder tener opciones, pero al meterme ala visita guiada del hospital en línea(no había visitas presenciales debido a COVID) me gustó y me llamó la atención que hacían mucho hincapié en la primera hora de vida de un bebé y en los procedimientos que hacían durante ésta. Ahí fue cuando vi por primera vez el término HORA DE ORO y ¡me encantó! así que me puse a averiguara fondo de qué trataba.
Dentro de lo que averigüé, me encontré con lo siguiente:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda en su informe de 2012: "Los recién nacidos que no tienen complicaciones deberían estar en contacto piel con piel con sus madres durante la primera hora después del nacimiento para prevenir la hipotermia y para promover la lactancia materna".
El bebé, al nacer, nace en un estado activo o de alerta por función de supervivencia. Todo esto es por la combinación de hormonas de estrés que la madre transmite a la sangre del bebé por medio del cordón umbilical y el paso de la cabeza del bebé por el canal vaginal. Este estrés se va a resolver con la estimulación que causa el contacto piel con piel. Momentos después sucede algo muy típico e interesante: el bebé se chupa las manos, las cuales están llenas de líquido amniótico y por medio del olfato sabe lo que tiene que buscar. ¿Cómo? El calostro huele exactamente igual. Él bebé, con movimientos parecidos a los que utiliza para gatear, impulsa sus piernas hacia el pecho de la madre. Una vez que lo encuentra, él bebé comienza a cabecear y a abrir la boca para “pescar” el pezón, y después de algunos intentos, logra tener agarre y empezara succionar.
En resumen, los beneficios inmediatos de la hora de oro son los siguientes:
✓Ayuda a regular la temperatura del bebé.
✓Ayuda al bebé a mantener los niveles de azúcar en la sangre.
✓Ayuda a calmar la respiración y la frecuencia cardiaca del bebé.
✓Ayuda al bebé a recuperarse del trabajo de parto y del parto.
✓Minimiza el estrés y la ansiedad de separación en el bebé recién nacido.
✓El bebé llora menos.
✓Ayuda a iniciar el amamantamiento y alienta el instinto para alimentarse del bebé.
✓Estimula el suministro de leche de la madre.
✓Transfiere la protección de las bacterias de la piel de la madre al bebé.
✓Brinda protección adicional y puede resultar beneficioso para reducir eccemas y algunas alergias.
✓Puede resultar beneficioso para prevenir la depresión postnatal.
✓Ayuda a mamá y a bebé a conocerse uno al otro.
Regresando a mi historia. Cuando mi hija nació, fue en un ambiente completamente diferente al de mi hijo. Empezando desde el hospital. Mi cuarto de parto tenía una mecedora, una silla con asiento de pelota, etc....para poder tener la mejor experiencia de parto y de los momentos posteriores.
Al nacer mi hija, inmediatamente me la pusieron al pecho, y sola empezó a hacer todo lo que había leído. Empezó poco a poco a “gatear” hasta el pecho para poder comer. ¡Qué diferencia! el agarre fue de manera natural, sin dolor, comió y se quedó dormida inmediatamente después. Las enfermeras se esperaron más o menos una hora para pesarla, medirla y demás procedimientos. Las siguientes tomas paso lo mismo, se agarraba perfecto, sin dolor y se quedaba dormida. Hasta la fecha llevo una lactancia exitosa.
No sé si es coincidencia, pero mi hija desde el principio lloró menos durante sus primeros meses de vida. Estaba más calmada, dormía mejor. Estoy segura de que existen otros factores por lo cual la experiencia con ella ha sido “más fácil” pero sí estoy convencida de que haber respetado la hora de oro ayudó a que tuviera ese comportamiento durante los siguientes meses.
No pierdes nada en exigirla en el hospital y puedes ganar mucho a cambio.
María